jueves, 30 de agosto de 2007

LA MOSCA COJONERA

Me sorprendo cuando visito algún blog, y en los corrillos me encuentro con la presencia de la temida mosca tse-tse y con su caquita. La singular mosca va de aquí para allá majareta perdida, zumbando sin parar, descontrolada mentalmente. Ella se ve a sí misma rara, acomplejada, malhumorada, ha abandonado la consulta del loquero para autoinfligirse castigos comecocos que la ayuden a evolucionar.

Piensa que a ningún puerco le huele su mierda. Por esa razón, la mosca se pasea impune e inmune al hedor de sus excrementos, visita una y otra vez el mismo blog para olerse, para verse, para leerse, y piensa “cuantos más mejorrr”. y así, se crece y se retuerce cuando encuentra a quién sucumbe ante su comentario. Entonces, hace gala de un alarde misericorde y firma como anónimo, desconcertando al confiado blogger que deja su casa con las puertas abiertas para que todos la podamos visitar.

lunes, 27 de agosto de 2007

PIZZA CON SABOR A HITTLER

Ignoro si es por el hecho de estar en el quinto coño, o es por “timidez” creativa, que Kirk MacGibbon, director de la agencia de publicidad neozelandesa Cinderella, ha utilizado la imagen del genocida Hittler para promocionar la cadena de pizzas Hell Pizza (Pizza del infierno). Junto a otros personajes históricos, el bueno de MacGibbon ha presentado a Adolfo, en su clásico y decadente gesto salutatorio con una pizza en la mano y un lema que dice "Es posible hacer creer a la gente que el paraíso es el infierno".

Kirk MacGibbon ha emulado la estrategia de comunicación que años atrás lanzara la marca italiana Benetton, utilizando imágenes provocadoras para dar notoriedad a la firma. Es la táctica demodé del escándalo, retractación, disculpas y en ese corto proceso se ha dado a conocer o posicionado la marca en el mundo entero. De hecho, esta compañía ya tiene amplia experiencia con el desenfreno marketiniano, pues en otra ocasión decidió bautizar a sus pizzas con los nombres de los siete pecados capitales, y complementaba tan original idea con el envío de preservativos a sus clientes por correo.

No creo que Hell Pizza promocione su producto para incentivar el consumo de pizzas entre los posibles nazis o herederos que pudieran habitar esas islas. ¿Qué placer puede sentir el cliente cuando dé un bocado a una de esas pizzas, el olor a carne quemada que desprendían los hornos de
Auschwitz?.

Cinderella, ante el revuelo internacional, ha optado por sustituir la imagen del dictador por la del papa Benedicto XVI cuyo slogan dice "El infierno es auténtico y eterno".

Me pregunto si la imagen del papa es de uso público, si Hell Pizza deberá abonar algún tipo de royalties por la fotografía a la iglesia, o si enviarán al Vaticano algunas muestras del producto en cuestión para que sea bendecido.

Habemus Papa.

sábado, 25 de agosto de 2007

ROLLING STONES

Mi descontrol horario me lleva a levantarme los sábados igual de temprano que a diario. Me dirijo al salón, me acomodo en el sofá y leo, o palidezco viendo los noticieros que emiten por televisión.

Tan temprano los presiento, me giro y sé que son ellos, vienen de camino, ahora han llegado. Nos encerramos en el salón para no despertar ni a ella, ni al resto de vecinos que seguro aún descansan. No son salamandras marinas.

De momento reposan sobre mis hombros, sobre mi yelmo, que para tal ocasión me encasqueto como protección. Van y vienen, recorren el comedor, y a veces me acompañan a la cocina, están en cualquier esquina, incluso cuando voy al baño o a la ducha y se colocan sobre la mampara, y desde ahí me vigilan.
Dejan que me seque, que me plante el yelmo de nuevo, y otra vez a dar vueltas a mi alrededor esperando a que les salpique con el agua bendita.

Cantan y gritan, se desgañitan, son mejores que los Rolling Stones, son las sombras de un pasado en el que aún se oye cómo desafina la guitarra del muerto, la guitarra de Brian Jones.

jueves, 23 de agosto de 2007

THE WHO

Anoche, mientras cenábamos, los tres se acercaron a la mesa. Parece que siempre tienen hambre, aunque se les atiende a diario; la razón, creo, es la soledad del día, de ahí la algarabía al vernos regresar y su danza compulsiva.

La mesa toda rebosa amor y modestia, y nos miramos con complicidad mientras probamos nuestro exquisito bocado. Pero ellos no tienen bastante con su plato, toman del mío, del de ella, y de toda una legión si la hubiera. Mientras transcurre la cena se miran, se pelean, canturrean en un idioma diferente que sólo ellos entienden.

Uno se fija en mi barba, y se acerca a observarla, la toca y asiéndose a ella comienza a zarandearla y a tirar. Los otros dos siguen con su voracidad. Uno de ellos descubre el agua y decide bañarse rememorando quizás una de esas fuentes públicas que tantas veces ha visto. Mientras, el otro va a lo suyo, aunque pronto repara, mira y se acerca. No creo que piense que es una pila de agua bendita pues se queda quieto, y entonces yo lo salpico con el dedo, y él se pavonea y contorsiona, parece que le gusta, se acerca de nuevo y repito: ahora se retuerce, levanta la cabeza, y de gozo entorna sus ojos.

Los otros se embelesan con él y su ceremonial. Y a mi me recuerda a Santa Teresa, porque levita, sí, levita, se eleva sobre la silla, y sobre el respaldar de puntillas se queda, extasiado, colgado.

De pronto chilla de gozo, y me descubro la cabeza quitándome el yelmo protector ante el asombro que me causa, y me acuerdo del Gran Hacedor al que me encomiendo tras semejante visión. Recojo la mesa, nos apartamos dejándoles a ellos en su particular ritual, y nos acomodamos en el sofá. Un poco más tarde nos acostamos, los dejamos hasta mañana, un nuevo día.

domingo, 19 de agosto de 2007

REPOBLANDO A CORUÑA: EL EXPERIMENTO DE MI ABUELO

No conocí a mi abuelo paterno, aunque llegué a verlo en fotografías que mi tío Manolo custodiaba celosamente, y cuyo acceso estaba restringido incluso a los miembros de la familia –a mí me las enseñaron de tapado-. Por el contrario, a Carmen, mi abuela, sí la conocí, y llegué a quererla por su carácter amable y su actitud cariñosa.

Mi abuelo fue militar, pero eso qué más me da. Eran tiempos difíciles y la población marchaba dando zancadas a otros lugares donde el pan creciera bajo las matas; por esta razón, mi abuelo contribuyó a su manera a contrarrestar la diáspora gallega ayuntando con mi abuela y dejando bien asentado su linaje y, al mismo tiempo, frecuentando a las putas que rondaban las inmediaciones de Orzán. Tanta salpicadura dio sus frutos, y casi a la par fue alternando bautizos oficiales y despedidas oficiosas a unas cuantas criaturitas de las que nunca se hizo cargo ni reconoció. Mi abuelo estaba convencido de su magnífica labor de repoblación.

Mi mujer me preguntó por el conocimiento de los hechos. No por mi padre, le respondí, ¿acaso hablé alguna vez de algo con él? A mi padre no le gustaba ir al cine.

Pienso en mi odisea particular, de acá para allá, y muchas veces me he preguntado si ese o aquel gallego también desplazado es un tío, o un primo, y lo siento por ellos, por los que no he conocido, por las víctimas del experimento de mi abuelo, el militar.

viernes, 17 de agosto de 2007

RAP WATCHING LA TV, WATCHING LA PANTALLA

¿Te has preguntado alguna vez,
si mientras miras la pantalla,
alguien al otro lado te observa?
Atento al bloqueo, o al parpadeo,
no mires hacia otro lado, espera
el reinicio expontáneo.

Eres una mina para el mirón,
fuente de riqueza para el inversor,
futuro alienado por el monitor.
¿Le interesas tú a Bush,
a un kalashnikov, a un hindú?.
Que miren, que miren, mientras,
yo tengo tiempo para todo,
para tocarme el ombligo y
a sus caras les miro y esto les digo:
es lo que hay, juláis, me la casco
mientras por encima me miráis.

Para ti, para mí, para el de ahí,
me rasco porque me pica,
y no tengo money pa comprarme
un buen lilimento en la botica.

Eres una mina para el mirón,
fuente de riqueza para el inversor,
futuro alienado por el monitor,
lo dijo Orwell, que el pobre ya murió.

Ráscate el ombligo, te digo,
y que el inversor rasque su bosillo.
Que no es para ti la pela,
que es para él, y luego te empapela.

miércoles, 15 de agosto de 2007

800.000 DÓLARES USA

Hace unos días la prensa argentina anunciaba a bombo y platillo el que puede ser el mayor escándalo, en el afán de los Kirchner por perpetuarse en el trono. Un avión procedente de Venezuela aterrizaba con un indivíduo, Guido Antonini Wilson, que pretendía introducir en el país un maletín con 800.000 dólares USA. Junto con el portador de tan suculenta suma viajaban, entre otros, Claudio Uberti, titular del Organo de Control de Concesiones Viales -hoy dimitido-, y la señorita Bereziuk, a la que en muchos foros y páginas webs se la tilda como la Mónica Lewinsky argentina, lo que trae de cabeza a la señora Kirchner, candidata a la presidencia, que cada día que pasa ve perpleja cómo su ascensión a los cielos se salpica de mieeeeeerrda.

lunes, 13 de agosto de 2007

GURU, GURU, GURU

Aunque demonio, he de reconocer que la religión, para mí, siempre fue una solución recurrente. Discrepar con tu vecino, por creer o no en la Virgen María, el Espíritu Santo, Mahoma o Belcebú, no te legitima a ofenderle, menospreciarlo o incluso matarlo. La religión aporta una vía de escape, un consuelo, una alternativa que el uso de la razón, lamentablemente, no brinda a todos por igual.

Cuando en los años 70 irrumpió con fuerza Guru Maharaj ji, el vacío religioso en occidente era grande, los jóvenes buscaban alternativas a su desastrosa situación.

Unos confiados y crédulos hippies, mochila al hombro, que buscaban la verdad y el conocimiento en la India, le convencieron al conocerlo para que les acompañase a Londres, y desde allí expandir por el mundo su conocimiento, sus técnicas de meditación, su viva la vida.
Maharaj ji era por entonces un niño, un niño muy locuaz, al que su convencimiento de ser el elegido, le mostraba como un experto en coaching. Desde la propia televisión invitó a todo el mundo a recibir su sabiduría, y a seguirle.

La red de La Misión de la Luz Divina se fue propagando como un virus letal por todo el mundo. Cientos de jóvenes, miles, y no tan jóvenes, pero con carencias religiosas, y de otra índole, se embarcaron en este proyecto. La gente abandonaba sus hogares, a sus padres, su trabajo, novios, novias, etc... “todo por el Guru”, que parecía ser el slogan de campaña. A diferencia de otras sectas o religiones, no te atacaban, no te mataban. A tal extremo se llegó, que la gente se agrupaba en pequeños colectivos, viviendo en común y compartiéndolo todo en los ashrams.

Aquí, fue tal el revuelo en los medios de comunicación, y tantas las denuncias con Paco aún presente, que la policía procedió a clausurar los ashrams y a prohibir esta práctica, que no atentaba contra la integridad física, aunque sí contra la integridad mental de los acólitos o premies, como se hacían llamar sus seguidores. Y aquí, precisamente, estaba yo mirando al cielo como un capullo, e intentando encontrar respuestas a cientos de preguntas. Al poco, ya era un borrego más balando, ¡beeeeeeeeeeeee!.

Relojes, yates, aviones, coches, sueldos, ... eran objeto de donación a La Misión de la Luz Divina. Lo que en un principio parecía una jerarquía familiar, cuya cabeza visible era el personaje en cuestión, no tardó en sufrir su primer cisma cuando la familia establece su cuartel general en Estados Unidos. El detonante, una rubia. A Guru Maharaj ji se le nubló la vista cuando conoció a la azafata, que se convertiría en amantísima esposa y madre de su prole. La bautizó como Durga Jí.

A su madre y hermanos mayores no les gustó la decisión tomada por el alevín de la familia y cambiaron el rumbo. La misión se divide en dos, y ellos –los familiares errantes- serán los malos de la película.

Tengamos en cuenta que toda religión tiene su enemigo particular y, por desgracia, la mente era el mal de esta secta. Las sesiones de lavado de cerebro diario al que éramos sometidos voluntariamente los premies en los ashrams, trajeron consigo la dependencia y vinculación a la secta. Los devotos comenzamos a perder la conciencia de nuestro propio yo, para convertirnos en autómatas kamikazes, que deambulaban sin personalidad, abandonando sus responsabilidades por la blind faith que nos llenaba. Sin embargo, ni Clapton, ni Window tocaban para nosotros aquí.

Músicos de primera fila, escritores, catedráticos, pintores, empresarios, psicólogos, homosexuales, putas, marquesas y fontaneros, entre otros, compartían todo por el Guru, y algunos, en voz baja, hasta la cama. Todo por el conocimiento, todo por La Misión de la Luz Divina, todo por el Guru. Todo, todo, todo.

Hoy día poco queda de aquel imperio; como Dylan dijo los tiempos están cambiando, lástima que muchos de aquellos devotos se volvieran esquizofrénicos -las terapias de desprogramación para algunos funcionaron, para otros no, que buscaron refugio en otras sectas-.

La Misión de la Luz Divina sigue en activo, aunque sus tácticas para conseguir adeptos han evolucionado. Guru Maharaj ji ya no se muestra como la reecarnación divina que otrora decía ser, ahora se presenta más cercano, más humano: un hombre con funciones vitales como la de todos los mortales, que come, caga y mea.

Gracias a internet, la gran red, se tiene acceso a información de primera mano, de muchos de los que abandonaron la Misión, del porqué y el cómo. Aquí ofrezco algunos links, y el de la propia secta.

Pasen y vean, disfruten del circo, es gratis, la función ya comenzó:

http://www.ex-premie.org/spanish/objecciones.htm
http://personal.redestb.es/ais.old/fitxes2.htm
http://www.esteologia.com/newpage298.htm
http://www.alfayomega.es/estatico/anteriores/alfayomega11/enportada/enportada.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Prem_Rawat_(Maharaji)http://www.ex-premie.org/spanish/index-sp.html



domingo, 12 de agosto de 2007

CULTURA PARA TODOS

Hoy en día, aunque pueda parecer un disparate, los mejores expositores, los mejores museos, las mejores embajadas de nuestro arte, de nuestra cultura, también son las tiendas de souvenirs, le pese a quién le pese. En ellas, encuentras todo un abanico cultural: desde el objeto kicht, o cañí, para emplear un término más cercano (magnífica la definición de kicht que hace Vaclav Havel en sus cartas a Olga), hasta reproducciones de obras de arte de todos los tiempos.

Así, en las tiendas de souvenirs de Barcelona, regentadas mayoritariamente por paquistaníes -aunque no faltan los avispados de los países del este con perfil de marchantes-, encuentras chupitos con la bandera de España y la silueta del toro, camisetas con serigrafías de la Sagrada Familia, adaptaciones de la obra de Picasso, Miró y hasta Velázquez en los más diversos objetos, todo asequible al bolsillo pobre del nuevo turista accidental que regatea céntimos de euro por un peluche, y busca el trasfondo cultural en los estantes de estas nuevas galerías.
Para el otro público, quedan los museos con las visitas programadas, y con las oportunidades que te brindan las tiendas propias de estos lares. Aquí, además de ver originales, puedes llevarte un Chagall como llavero, un Modigliani con sombrero, postales, carteles, almanaques, etc... En definitiva, papel impreso; toneladas de papel impreso y cachivaches que esperan pacientemente ser exhibidos en casas de particulares.

sábado, 11 de agosto de 2007

LA SECTA

¡El guru, sí, el Guru! El Guru me ocupó casi media vida. La primera vez que oímos hablar del Guru, es porque Pedro Luis llegó a nuestro habitual lugar de encuentro con la siguiente noticia: le habían comentado que el Guru de los Beatles, podía tener una casa por aquí, donde la gente se reunía, en un chalecito. Ni cortos ni perezosos decidimos acercarnos a investigar esa noche; al llegar la casa estaba cerrada. Alguien en la primera planta, al oir nuestras voces, encendió la luz y se asomó a la ventana: Volved otro día más temprano, ahora está cerrado –nos dijo.

Durante el regreso hicimos elucubraciones acerca de lo que haría aquella gente dentro de la casa, y de lo que podían contar. Pasaron varios días y decidi acercarme por mi cuenta, aunque fuera solo (el resto de amigos tenía siempre alguna escusa). Así que elegí el día y la hora, y alrededor de las ocho de la tarde fui al chalecito, y entré con cuidado de no hacer ruído. En la entrada, un montón de zapatos colocados en orden, y un tío que andaba descalzo de una habitación a otra me indicó que dejara allí los mios y le siguiera. Entré en una habitación cuyo suelo estaba cubierto por una gran alfombra.

Todos los presentes dirigían su mirada y atención hacia otro que estaba sentado junto a una foto del Guru y les hablaba. La foto parecía estar colocada sobre un altar con muchas flores y una sola vela encendida. Varias varitas de sándalo encendidas perfumaban el ambiente y ayudaban a crear una atmósfera que propiciaba la concentración. Me fijé en el personaje de la foto, aquél no era el gurú de los Beatles, aquél era un niño bajito y gordo, mucho más gordo que Enrique -daba la impresión de estar mirándote desde la fotografía-, y estaba sentado sobre unos cojines, descalzo, con una túnica de color naranja y al cuello un gran collar de flores, como los hawaianos y una enorme corona dorada sobre su cabeza.

Me senté el último, y fui observando a los presentes, gente variopinta, de todas las edades, pelajes, y ropajes, con aspecto de hippie, pero yo juraría que en un noventa por ciento eran pijos camuflados. Escuché lo que decía aquel indivíduo, hablaba de Dios y de la luz, y cuando uno de los hippies tomó la guitarra que estaba en el suelo y empezó a tocar, y los demás comenzaron a cantar, me levanté con cuidado para no llamar la atención, me calcé los zapatos y salí a toda pastilla de allí. Al llegar al barrio, les relaté a todos mi experiencia pero no conseguí incentivarlos para que me acompañaran en otra visita.

No eran los Hare Krishna, era la secta del Guru Maharaj Ji.

jueves, 9 de agosto de 2007

BLOGS A LA DERIVA

¿Cuántos blogs surgen cada día? Podemos responder que miles.

¿Cuántos creadores abandonan sus blogs a la deriva como un irresponsable capitán a su nave? Quizás cientos. Las causas: el hastío, el reto diario de desentumecer los dedos , el no saber qué decir; o tal vez el cambio de pareja, y hasta los accidentes de trafico.

Si nos embarcamos sin un rumbo fijo en la blogosfera, y buscamos concienzudamente, encontramos naufragios con tesoros de incalculable valor.

Algunos, al abandonar su nave-blog, se llevaron sus pertenencias, sus experiencias, su vida de años, meses, ... Otros, lo dejaron vacío, a la deriva, sólo un nombre permanece, que como concha sirve de refugio a otro bloguero que con valor afronta el reto de colmarlo. También, quiénes se despiden dejando una pequeña esquela, o el link que te redireccionará a su nuevo meeting point.

El blog te exige gotas de sangre, sudores fríos, y hasta alguna que otra lágrima. En definitiva, el blog exige pasiooooooooónnn.

miércoles, 8 de agosto de 2007

TRAS LA CENA

Después de la visita del prócer venezolano, Néstor, aún con el mandil puesto, retira los platos de la mesa, y se dirige a su esposa con voz templada mientras ésta apura el último buche del refresco de cola americano:

- Cris ¿no crees que nos hemos pasado con lo de la compra de bonos argentinos por mil millones de dólares con el indiecito?

- Pero Nes, por qué te preocupas tanto, si ni tú ni yo los vamos a pagar. No te vayas a poner a fregar ahora que es muy tarde, ya lo harás mañana cuando te levantes.

- A proposito Cris, todo el mundo estaba pendiente de los arrumacos y cuchicheos que te traías con Hugo.

- No te pongas celoso mi amor, sólo me dijo que si salgo en Octubre vendrá a verme para celebrarlo y pasear su culito respingón por aquí ¿Qué te parece? No pierdas cuidado, ya sabes que él fue monaguillo.

martes, 7 de agosto de 2007

MIRARSE EN EL ESPEJO

Mi aportación a las revelaciones y estados de éxtasis de la Sra. Kirchner continúa. No se puede obviar la nueva belleza, porque como bien dijo San Agustín “el sexo de las mujeres no es vicio, sino naturaleza”. Y en la naturaleza de las candidatas está mirarse en el espejo y comprobar en la desnudez del cuerpo la santidad del alma.

Toma ya.

lunes, 6 de agosto de 2007

CAPÍTULO I

Trece de Febrero de dos mil cinco. El coño me hierve como un mal puchero: pocos garbanzos y un hueso rancio. El puterío está fatal, muy mal, ahora da para poco, para nada - le digo al del quiosco-, mi chocho vale un montón y apenas si encuentro clientes. Sólo cincuenta a mis espaldas; mi aspecto, de sesenta. Canija, sí, pero con garbo. Subo y bajo las escaleras doce veces al día, busco pollas en el barrio y no las encuentro: no es de extrañar. Al taxista le guiño un ojo y le tiro un beso, en vez de pagarle la carrera él me da una propina (el día que no esté mi Perico en el piso lo invitaré a subir) ¡Hoy no! Regreso a las siete treinta ¿Nooo? Salgo a las siete cincuenta y vuelvo a las ocho rascándome el chocho. Subo y enredo con mi perico ¿El queeeeé...? ¡Aaahh! Salgo ahora, las ocho quince - el chocho ahora me escuece- , hacia la avenida p’adelante. Otro taxista, ni caso. Llego y nada, ahora a la izquierda, ahora a la derecha, p’alante, p’atrás, ¡na de na! Las nueve menos cuarto, nada, me vuelvo antes de que llegue y me pite. ¿Quieeeén...? y yo que sé, uno, que más da. Ahí está, ya lo oigo, me voy Perico ¿Otra vez puta? –me dice, me pregunta, me increpa. Me sua er coño lo que digas, éste por lo menos paga y con eso tú comes. Las once treinta, vuelvo, mi perico frente al televisor ¿El programa? ¡Que más da! No lo ve, sólo..., sueña y ladra.

- ¿No te da vergüenza, hija la gran puta? ¿Que v’a decí la gente? Con esa pinta..., entrando y saliendo y log tío en la puerta con sus coches pitando.
- ¿Y Tuuú? Un viejo. No sirves pa na.
- Esta noche no sales.
- Salgo cuantas veces me sarga’el coño –con un gesto soez se agarra la entrepierna y entra en un estado de ensoñación al notar el calor que emana de esa intimidad que satisface sus diferentes adicciones.

Despues de comer salgo y entro; entro y salgo. Me observa el propietario del inmueble tras las persianas. ¡¡¡Yyyyyyyyy queeeeé!!! ¡A chuparla¡ ¡Que mire!. A chuparla me voy yo por cinco euros. ¿Que más da, ... y después?..... Después un pico. Cuando vuelvo, mi perico duerme y la tele puesta. Sayonara beibi, o lo que es lo mismo ¡hasta mañana! Y cierro la puerta.

RUBIA POR NECESIDAD

Está novelada, pero no es ficción; pertenece a la esfera de la realidad más absoluta. Su contenido es extravagante, vulgar, pero se ajusta a unos hechos acaecidos en el 2005. Mi ojo vigilante y depredador siguió la escena durante año y medio. Ahora, testigo curado y calmado, la ofrezco sin recato en forma de capítulos.

EL ELEGIDO

Francotiradores con gusto observan desde las atalayas de sus monitores, y eligen en la red a su presa. Como depredadores profesionales la olfatean, siguen las pistas de su ip, y sin mediar palabra le dan caza. En algunas ocasiones apuntan entre sus ojos con sus rifles de miras telescópicas, y disparan. La presa no siente la bala virtual pero cae abatida. Cuando en alguna ocasión, el francotirador se encuentra con algún enfermo de corazón postrado en su lecho, y que con la ayuda de un bastoncito de plástico sujeto por sus dientes aprieta las teclas de su ordenador para comunicarse con el mundo exterior, no vacila, lo somete a un juicio rápido, y lo salva condenándolo a la inanición en un ataúd que sus seres más queridos depositan bajo tierra.

domingo, 5 de agosto de 2007

DOS CURAS

En el colegio, dos curas, dos, con sotana negra hasta el tobillo. Sobre el pecho del más joven resplandece un crucifijo con un cristo de latón fundido atornillado a la madera envejecida, y como péndulo cuelga de su cuello enardecido.

Uno, éste, viene del norte, es un chicarrón de nuez prominente, le gusta el balompié y lo juega bién en el recreo. Durante la clase se distiende, se relaja, entra en trance y se manifiesta. Se los juega a los dados, y elige bien, dos mejor que uno. Mientras imparte la clase de geografía, y pone el ejercicio, se acerca a uno de los elegidos, al más moreno, ronda los once añitos. Él se sienta detrás sobre una mesa y se lo sube encima de sus piernas, introduce sus largos dedos por el pantalón corto y lo escruta ávidamente, le toca las bolitas, entra en trance, está ausente, ensimismado. Mientras, en la clase se produce un gran algarabío. El griterío alerta al hermano Alberto que acude apresuradamente. Pero cuando se asoma por el cristal de la puerta, el orden ha sido restablecido. Vuelto en sí, el chicarrón hace comulgar sin confesar al más inquieto en la revuelta con un par de hostias. Yo siempre me libré por los pelos aunque soy cristiano.

El otro, más viejo y bajito, también de por ahí, guarda más las distancias y las apariencias, aunque le precede su mala fama en el colegio. Cuando se te acerca, te pregunta de manera distraída si te la tocas, o si te rozas con alguien en el colegio, o en el autobús, donde sea. Lo que el cura quiere saber es si te lo haces con alguien, y si no para eso está él.

Cuando le dije a mi padre que los curas del colegio eran maricones, me obligó a comulgar en casa sin confesar antes de ir a clase. Y a continuación, ni corto ni perezoso, se fue al colegio a contárselo al director.

¡Tierra trágame!

Con Dios me acuesto, y con Dios me levanto, con la Virgen María y el Espíritu Santo.