lunes, 30 de julio de 2007

LA SRA. KIRCHNER COMULGA

La señora Kirchner graba en video los partidos de fútbol que la televisión retransmite. El partido enlatado le sirve de fondo para ensayar sus mítines: utiliza el clamor de la afición para ambientar sus dircursos caseros.

Al abrir el joyerito observa sus collares de cuentas generosas, y piensa que los va a donar a una oenegé cuando sea presidenta, no va a emular a la collares de España, sí, la viuda del dictador, Carmen Collares, la mujer de Paco, la tan temida por los joyeros de Madrid que visitaba, y que en la mayoría de las ocasiones colocaban el cartel de cerrado por defunción cuando les avisaban de su visita.

La señora Kirchner emulando a Santa Juana de Arco se cortará su espléndida melena, y la donará para implantes de calvos. Sus lijosos modelitos los cambiará por otros más modestos, adquiridos en las rebajas de los grandes almacenes o en el chino de la esquina. Renunciará a su generoso sueldo: lo donará a los pobres, a los muertos de hambre. A jirones se arrancará de sus labios la silicona para que el pobre fontanero pueda sellar las tuberías de los sanitarios. La señora Kirchner lo hace todo por amor al prójimo.

Es cristiana-católica-practicante, los domingos y fiestas de guardar va a misa, con su atuendo casero no se la distingue del resto de los feligreses; al entrar en el templo moja sus dedos en el pila de agua bendita y se persigna sin llamar la atención, se confiesa y comulga.

En casa, el señor Kirchner consulta The Financial Times, y para cuando ella llega ya ha preparado el almuerzo, y tiene lista la mesa. De primero arroz frito tres delicias, y de segundo pollo con bambú y setas; para el postre tocino de cielo. Ella no le hace ascos, aunque preferiría un buen plato de callos con garbanzos, como los que probó en su reciente viaje a Madrid, y que tan buenos recuerdos le trae.

LA NOCHE

De madrugada, la viuda negra abandona su lecho, y en la oscuridad del tipi deambula de aquí para allá mientras el huérfano del enfermo de alzheimer duerme. Se arrastra pesada y torpemente, no enciende la luz, le desagrada, llega hasta el sofa, y se sienta a esperar a que los primeros rayos de sol lleguen. Con el mando a distancia enciende su televisor y baja el volumen -a esas horas sólo la primera emite-, y todo lo que ve lo engulle sin enterarse, porque bajó el volumen, y porque casi ha perdido el oído.

Cuando el huérfano se levanta, ella se precipita hacia la cocina para ser la primera y agradar. Sirve el desayuno como la enseñaron, y el huérfano se lamenta un día más de la tostada con mantequilla y mermelada amarga.

No más -le dice-, mañana me lo hago yo. Yo me lo guiso, yo me lo como –añade-, y se va a trabajar.

domingo, 29 de julio de 2007

LA SEÑORA KIRCHNER

Esta madrugada, la señora Kirchner, que descansaba en el lecho junto a su marido, se volvió inquieta, sentía con los ojos aún cerrados una presencia que la llamaba, los entreabrió, y contempló cómo la imagen de la Virgen del Carmen que tenía sobre la peinadora se iluminaba y le sonreía. Comprendió que era la elegida. Sin hacer ruido se levantó, se dirigió hacia su despacho, y a la luz de una vela observó las portadas de los libros que de joven le habían inspirado. Debía elegir un modelo a seguir para salvar a su país de esta lamentable situación. Tenía claro que la biografía de Freddie Mercury no era un buen ejemplo a seguir; debía elegir entre la visionaria Santa Teresa de Jesús o Santa Juana de Arco, que a los diecisiete años llegó a ser la heroína de su país, ya que el personaje de Evita resultaba algo trasnochado a estas alturas. Con las ideas claras, dejó sobre la mesa la semblanza de Santa Juana de Arco, y volvió a la cama junto a su marido, el señor Kirchner, que en esos momentos roncaba con gran estrépito.

viernes, 20 de julio de 2007

EL FALLO

Hace poco de manera pueril, infantil, como un vulgar escaparatista, eligió a sus comensales para el banquete. El engreído se dirigió a los elegidos sin presentarse, con un plato vacío para que cada cual se autoalimentase con su vómito, y al espectador deleitara. Ninguno se dio por aludido, y él se vio solo en su castillo, sentado a la mesa y con los platos vacíos. Abandonó la apuesta y se refugió en su concha de caracol, babeó y se conectó a la red, buscó consuelo en el emule, fisgoneó y lo encontró: un disco de Marisol. Sin permiso de la autoridad se lo descargó, se tumbó en el sofá y lo escuchó repetidas veces, tantas, que se durmió aburrido.
Mañana otro proyecto.

viernes, 13 de julio de 2007

BLOG

Colecciona blogs como el que colecciona moscas, pero a diferencia de aquél no los envasa en tarros de cristal, se conforma con verlos colgados en internet, en la red. ¿Cuántos tiene ya, dos, tres, cuatro...? No lo sabe ni él. Pero le parece bien, con alguno alcanzará notoriedad, y quizas hasta se puede forrar. Busca la promoción a través de los diarios, la radio y que sé yo en qué más; tal vez con el boca a boca, o quizás con el spam. Contabiliza las visitas y las clasifica por países, mira la bolsa y piensa en el beneficio que la venta de alguno de ellos le puede deparar. Especuladores del punto.com se frotan las manos como otrora lo hicieran las inmobiliarias antes del crack. Todo el mundo quiere un blog, no se sabe para qué, pero para ser felices quieren tener un blog. Otros en cambio prefieren un camión, como Alaska y Loquillo.

Katacrack.

miércoles, 11 de julio de 2007

EL DOCUMENTO

En el poblado, en el interior de su tipi, la viuda negra espera a su primogénito para que la acompañe en la cena y le resuelva. Saciado el apetito, la viuda saca de un sobre el papelito: la autoridad le exige actualizar el documento de su propiedad. Como poseída por la impotencia, y aunque tumbada, se agita sobre el sofá en el que descansa. Con ira, al huérfano del enfermo de alzheimer machaca, le mete la bulla, le inca la puya, lo subyuga, y como una loba le aúlla, auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhh.

El huérfano del enfermo de alzheimer, mientras la oye, contempla el tomahawk que conserva colgado de la pared, de cuando se les consideraba ganado sin vacunar. En esos momentos comprende al parricida, al de la katana, al del cerillo, y al del cuchillo. Con su cordura evita la tragedia, toma el papelito y lo lee, y lo abandona sobre la mesa que los separa, y se acuesta. La viuda impotente farfulla, y ahora maúlla, miauuuuuuuuuuuuu.

Al día siguiente, la viuda reproduce el número del papelito a la nuera. Ésta la consuela, y le aconseja que no se altere, que la autoridad no le va a quitar su propiedad, y que tome número y se ponga en cola, que el huérfano ahora es bussinesman, y que cuando ÉL tenga tiempo se lo solucionará.

domingo, 8 de julio de 2007

EL LÁTIGO

Agita en el aire la correa trenzada de elásticos como un látigo magiar; con las dos manos, cada una en un extremo, tira y la tensa. La pone a punto, y con ella mi espalda y mi culo golpea. Se siente poderoso, realizado. Zas, zas, zas, de aquí para allá. Zas, zas, zas.

¡Qué dolor! Tengo cinco años.

Zas, zas, zas, de aquí para allá. Zas, zas, zas ¡Qué dolor! Tengo seis años.

Zas, zas, zas, de aquí para allá. Zas, zas, zas ¡Qué dolor! I’m seven years old.

Es mi padre quien me golpea.

Mi madre, muda, hace croché frente al televisor -zas, zas, zas-; tiene un aspecto saludable, todos la admiran, en su familia causa sensación, cada sábado va a la peluquería ¡coqueta ella!

No sangro, sólo lloro compungido, sólo lloro compungido.

Él yace en la cama maniatado, entubado. Mi madre me llama por teléfono. Atravieso la ciudad en el bus, le introduzco la sonda, y le aspiro, le aspiro y le digo: see you late, caballero.

miércoles, 4 de julio de 2007

EL TARRI IN TOKYO

Quedó con El Tarri, y a continuación hizo otra llamada.

Rrrrrriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnngggg...

-¿Moshi, moshi?

-Hai, watashi wa Makiavelo desu ¿O genki desu ka?

-Hai, genki desu.

-¿Quedamos?

-Vale, salgo a las siete, nos vemos a y media en Shinjuku -Contestó Yuko san al otro lado del teléfono.

Puntuales como manda la tradición nipona los dos tórtolos se encontraron en la estación de Shinjuku, subieron al metro, y fueron a tomar unos vinos con Nakajima san al bar de Benito san, el conocido Sábado, sabadete. La estación les dejaba a cierta distancia, no les importó caminar un poco, porque la temperatura de la tarde era agradable. Subieron la empinada escalera, y allí estaba Benito san esperándoles. Makiavelo no quería perder la oportunidad de integrarse, y se dirigió a Yuko san en japonés: Watashi wa supein jin desu, watashi wa ekaku desu y todo ese rollo. Yuko le miró fijamente, se le acercó, y le mordió el labio inferior.
Makiavelo le susurró al oído arigató gozaimasu, se levantó, se dio media vuelta y se largó. Nakajima san y Yuko san se quedaron en el bar tomando copas. Esa noche, Benito san estaba especialmente animado (les sirvió tortilla de patatas y gazpacho). Él sabía cómo volverlas locas con su cocina española. Pasadas unas horas abandonaron alegres, chispadas, el lugar, tomaron el metro, y pasadas un par de estaciones decidieron salir a la superficie para respirar aire fresco y caminar un poco para despejarse.
Iban caminando por la avenida cuando de pronto se tropezaron con Makiavelo y su acompañante, que salían del tower records con una bolsa transparente que dejaba ver su contenido, varios discos de los años sesenta.
Makiavelo procedió a presentar a su acompañante –Kare wa Tarri san desu.
¿Eeeeeeeeeeeeeeehh? aaaaaaaaahh, respondieron admiradas al unísono. Makiavelo soltó la carcajada al ver las caras de asombro de ambas. –Tarri san wa amérika jin desu- añadió.

¡Tarri san, muéstrate a nos!

domingo, 1 de julio de 2007

SMS

En otra estancia, cada día, su mujer mira fijamente el reloj. Con el movil en su mano derecha le envía un sms ¡son las tres! ¡son las tres! ¡son las tres! ¡son las tres! Su madre la mira, la comprende, la anima. Es una polla y le urge el nido. Con el dedo índice de la mano izquierda se consuela mientra él regresa. Pero cuando llega ya es de noche. La madre les sirve un plato de sopa caliente ambientado con arroz sos, y del televisor sacian su otro apetito con un culebrón.

A tomar por culo.

EL PERRO

Comenzó la promoción hace meses, cada mañana se buscaba en la red para verse y mirarse como en un espejo, para medirse el ego, para vanagloriarse, y ahora encuentra su sitio vacío. Como un perro se muerde los labios y me maldice, a mí, a mí precisamente que he sido invitado. Yo le miro desde la red y trato de comprenderlo, pero no le entiendo.

Como un perro ladra, dice guau. Mi gato que lo escucha le responde miaauuuuuuu.

Yo asiento, y escribo guau y miaauuuuuuu, asiento, y escribo guau y miaauuuuuuu, asiento, y escribo guau y miaauuuuuuu.

Le miro de frente y le digo anda y que te den, anda y que te den, y me desconecto de la red.

CAMINANDO

Giro los ojos treinta y cinco grados, y ahí está la Juani, caminando después de muerta. Corrijo la mirada y ya no la veo. Con Antonio me pasa lo mismo en el patio de la casa, treinta y cinco grados, y ahí está. Le hablo y no me oye, desaparece cuando le miro de frente.

Salgo a la calle, cierro la puerta, y cuando me vuelvo veo a la Juani de nuevo en la acera de enfrente; está con la perra, voy a saludarla y se desvanece.

Sentado frente al ordenador, solo, concentrado, y pensando de malas maneras, el delfin de cerámica que descansa sobre el platero cae al suelo y se estrella. Lo pego y lo dejo en su sitio, como si no hubiera sucedido. Salgo de la estancia y vuelvo a entrar, conecto el ordenador y leo la noticia: led zeppelin volverán a reunirse.

LOS TESTIGOS

Manolo, el maestro, Lucía, su mujer, y mi madre a dos metros de distancia contemplaron la paliza en silencio sin disfrutarla. El único que la gozó fue mi padre, el Capitán Trueno. Y mientras ellos cenaban junto a la copa de cisco en el salón, mi llanto sirvió para amenizar su velada.

Perdón..., Pepa me ha interrumpido...; ahora acaba de marcharse. Ha venido para decirme que esta tarde empieza a trabajar de cocinera en el Hospital de Valme, le he dado la enhorabuena, y a continuación me ha pedido cincuenta euros. En lo que va de año es la cuarta vez que lo hace.

-Lo siento hija, pero tengo pendiente la declaración de la renta. –le he dicho.

Se ha dado media vuelta y se ha marchado -por el camino en voz alta se iba preguntando que a quién le pedía el dinero-. Son las trece treinta –le digo yo-, y el banco de la esquina cierra la caja a las catorce horas.

Ahora son las veinte treinta, he visitado a un par de clientes, y me he llegado a ver a la Ignacio en su galería -aún conserva mis serigrafías de otros tiempos-. Prepara sus viajes a Santander y a Chicago, se ha tomado en serio lo del arte. El arte sobre lienzo no deja de ser una manualidad, mera artesanía, prehistoria pura en el siglo XXI.

Los politicos ensalzan las nuevas tecnologías. No les hago la pelota, tienen razón. Pancho Vidal, visionario con futuro, lo pregona a los cuatro vientos: el futuro está en la red.

Amén.

... Y LA NOVELA COMENZÓ

Recuerdo perfectamente aquella noche, tendría entre tres y cuatro años, y estaba en el patio cagando junto a aquel gran árbol, la higuera, cuando mi padre me sorprendió en el momento en el que, con un palito, estaba dandole vueltas a la mierda. La paliza fué soberana. Desde entonces no he vuelto a jugar con mierdas.