viernes, 20 de julio de 2012

ESCLAVA Y FUNCIONARIA


De vocación funcionaria, una suerte de esclava acomodada que tuvo que pedir prestado para comprarse el abrigo de visón, que le iba la vida en ello.

La jefa, a la que no caía bien por ostentosa, la puso a prueba y le pidió que redactara un informe de su gestión comercial. Al cabo del año, cansada de esperar, la jefa la convocó a su despacho, la miró de abajo arriba y reclamó nuevamente el informe. La esclava, al verse sorprendida con la reclamación, optó por excusarse, pedir disculpas, y encogerse de hombros. Adujo que su apretada agenda la había mantenido en vilo todo ese tiempo, y el hecho de tener que viajar constantemente y preparar esas agendas habían provocado el olvido.

Sin excusas guapa, – le dijo la jefa y añadió sorprendida por su atuendo: ¿dónde te has comprado ese conjunto? … Viendo que la respuesta se hacía de rogar, alargó el brazo y le entregó un sobre. No, no es una paga. Es tu despido.

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