viernes, 25 de noviembre de 2011

ENVOLTORIO

Ha transcurrido tanto tiempo, que algunas cosas han dejado de sorprenderle. Ha pasado lo necesario hasta acostumbrarse al envoltorio que lo cubre, a familiarizarse con brazos y piernas; sin embargo, le sigue impresionando ver sobre los extremos de sus dedos esas coronas, una suerte de costra, de naturaleza córnea, que crece a ritmo lento y armónico, que se doblega bajo el agua, se ablanda, y se somete sumisa a la acción de la tijera, sin gritar. También permanecen en él el lagarto y el pájaro. No se arrastra, tampoco vuela; el envoltorio camina erguido, la esencia permanece dentro observando las cosas a través de esos órganos que llaman ojos. No hecha en falta la cola ósea que se retuerce en su interior.

Es lo que es, dicen que proviene del barro.

El escritor observó, tomó anotaciones y permaneció atento al dictado.

2 comentarios:

Guido Finzi dijo...

Me hiciste acordar de Kafka y de Gustav Meyrink...

Un saludo

PD: Uno se acostumbra a todo. Sobre todo a lo que no quiere.

Makiavelo dijo...

Más razón que un santo, hermano.