viernes, 17 de julio de 2009

UNA DE RUBIAS

Apuró el sueño hasta las cinco de la mañana, miró entonces el reloj y comprendió que había perdido. El tren salía a las siete, y a esa hora de la mañana no había metros ni autobuses. Se dirigió a la cocina sin dilación. Al principio todo lucía con calma, abrió el frigorífico y tomo el brick de leche; a continuación sacó la bolsa de pan de uno de los estantes, colocó un par de rebanadas en el tostador y por último tiró del asa del cajón de los cubiertos. Una vez más tuvo que enfrentarse al ejército de desalmadas que a esa hora campaba a sus anchas entre los útiles, como si la cocina fuera de su propiedad. A simple vista contó seis, media docena, rubias de nueva generación, que nada más verse sorprendidas corrieron a refugiarse bajo las cucharillas. Extrajo el cajón y lo dejó en la encimera mientras encendía el termo. Sacó a relucir su sangre fría, y al tiempo que cargaba la bañera con agua hirviendo, se empleó con la bayeta húmeda con las cobardes que emprendían la huida. Para cuando la bañera estuvo medio llena apenas quedaba una enarbolando la bandera blanca en son de paz. Sumergió el cajón con todos los enseres en el agua y, tras desayunar y asearse, emprendió el camino a pié hacia la estación, donde esperaba llegar a tiempo para tomar el último tren a Bucaramanga. Si regresaba por la noche era consciente de que debería emplearse una vez más con el biodegradable. Llegó a la estación a las siete menos cuarto, con el tiempo justo para comprar el billete y acomodarse en el vagón. Continuó durmiendo durante el viaje.

15 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Bueno, las rubias no son muy grandes. Son peores esas marrones oscuras y de un tamaño al menos dos veces el de las primeras. Y ni te cuento las que había en Bs.As. cuando vivía allá: unas grandes, ni claras ni oscuras y con unas alas enormes.
A mí, la verdad, es que nunca me dieron asco.
Un saludo.

atikus dijo...

y yo que pensaba que me iba a adentrar en un relato lésbico...si es que siempre tengo pensamientos retorcidos ;)

sera la caloooó!!!

saludos


mal bicho la rubia

NoSurrender dijo...

¿y no sería mejor, digo yo, darles unas tostadas también a ellas, a ver si crecen?

Makiavelo dijo...

Carlos, estas la verdad es que no son muy grandes. Se las conoce como Cucaracha banda de café y miden poco más de un centímetro. Son algo tímidas y al mismo tiempo un poco pesadas.
Al prota sólo le queda no perder la paciencia.

Saludos.




Atikus, habrá que preguntarles. Poco conocemos de su intimidad.

Saludos.




NoSurrender, No creo que se conformen, pero será cuestión de intentarlo. Las vuelve locas el almidón.

Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sí, ya las conozco y te voy a contar una experiencia que tuve con una cucaracha. Tendría unos diez años, vivía en Caballito y me había despertado temprano para ir al Colegio. Me visto y me pongo los zapatos, sintiendo un malestar en los dedos. Antes de salir de casa, me quito el zapato derecho y al retirar el pie observo cómo una cucaracha sale disparada del interior. Era una de esas grandes y con alas.
Un amigo mío, compañero de facultad, encontró una dentro de una ensalada en el VIPS.
Un saludo.

mera dijo...

Cotidiano y minucioso. Magistral, como siempre.

Makiavelo dijo...

Carlos, la experiencia del zapato también la he vivido. Yo me dí cuenta al descalzarme y ver lo que tenía pegado al calcetín.

Saludos.


Mera, la vida diaria es a lo tonto fuente de inspiración.

Saludos.

Vill Gates dijo...

Se dice por ahí que las cucarachas son inmunes a las radiaciones nucleares y que, entre otros motivos, por eso nos sobrevivirán.
Pero la cucaracha europea, la negra y clasica que todos hemos conocido (en Argentina también) fue desplazada, exterminada y cuasi extinguida por esa otra cucaracha rubia de la que hablamos.
Ya se ve que no hace falta una guerra nuclear para extinguirse.
Y no lo digo solo por las cucarachas.
Saludos!

Joyce dijo...

Qué asco de rubias :S
Aunque lo peor, por aquí, son las rojas voladoras...

Raquel Barbieri dijo...

Qué ascor cucarachil... al leer vuestros comentarios, ya que leyendo el texto sin dejar en claro exactamente lo que son estas criaturas, podría tratarse de algo más kafkiano.
Si Gregor Samsa despertó como un insecto bestial, quién sabe si esas rubias no mutaron, habiendo sido antes unos bellas muchachas...

Besos :)

Makiavelo dijo...

Vill, las cucarachas nos acompañan desde la prehistoria, se han encontrado fósiles del tamaño de un gorrión. No creo que sea fácil exterminarlas. Nos acompañaran de por vida.

Saludos.



James, aquí parece que las pequeñas predominan sobre las negras y las rojas voladoras.
Hay para rato.

Saludos.



Raquel, el bueno de Kafka está siempre presente. Si antes fueron bellas muchachas, algo muy malo tuvieron que hacer en la otra vida para merecer semejante reencarnación.

Besos.

Gi dijo...

Sangre fría, es lo que merece cualquier rubia...

Agustin Cadena dijo...

Qué manera de dignificar a las cucarachas. De ahora en adelante me caerán mejor. Las de Hungría son negras y pequeñas. Ls de México son cafés y medianas. En Caracas había unas enormes, enormes, también cafés. Nunca he visto a las rubias. ¿Dónde se dan?

Isabel chiara dijo...

Qué asco! Me aterran las rubias, y las marrones, y las negras, gordas o flacas, chicas o grandes.

Makiavelo dijo...

Laluz, deberíamos de distinguir. A estas todo el mundo les huye. Las otras siempre caen en gracia.

Besos.


Agustín, esta especie es nueva por aquí, son bastante pequeñas. Al principio creíamos que eran crias de las negras. Van a su aire. Estan fumigando el bloque.

Saludos.


Isabel, el animalito no despierta las simpatías de los normales. A pesar de ello son persistentes.

Besos.