domingo, 20 de julio de 2008

MANOLO

Para la comunidad fue un verdadero milagro, incluso para el propio doctor Calamar, al que la noticia recién publicada sorprendió en plena eyaculación precoz, pese a que algunos medios la habían recogido de forma indiferente y apenas le habían dedicado un par de líneas sueltas en lo inabordable de sus páginas de anuncios por palabras.

¡Manolo! Por Dios y la Virgen Santísima... -exclamaron algunos de los recluidos-¡Por los clavos de Cristo!... –apostillaron otros-, y de este modo, a raíz del nuevo conocimiento, todos en Miraflores desfilaban de puntillas por la puerta de su celda, asomando sus ojitos por la mirilla de seguridad para pillarl@ en un desliz.

¡Oing, niño o niña! -murmuró la cocinera con la que hasta el momento había hecho buenas migas, compartido muchos instantes: al estar convencida de que era de su mismo sexo la había regalado con desabotonaduras generosas de su camisola de forma indiferente. Ahora la mujer se planteaba, a pesar del calor de la época, cubrirse con un hábito hasta el pescuezo, no fuera a ser arañada en un descuido por l@ que ahora consideraba un endemoniado.

Calamar hizo algunas averiguaciones y tras el visionado de una cinta del profesor Punset se convenció de que el desvarío sexual de algunos individuos suele ser provocado por la ingesta de dulces por parte de la madre durante el período de gestación, por lo que dedujo que la madre de Manolo se podía haber estado atiborrando de onzas de chocolate con almendras durante el embarazo, o en su defecto con palos de nata.

Había dejado de compartir el baño con los demás; todo se volvió un misterio, ya que nadie recordaba qué era lo que ocultaba entre sus piernas si es que alguna vez habían tenido acceso a ello.Como presentaba buen estado de salud y se mostraba tan locuaz como siempre ante los cuestionarios, Calamar no tenía excusa alguna para someterl@ a un reconocimiento médico ocular, por lo que de momento todo seguiría siendo un enigma. De todas formas, de confirmarse que no era un desvarío transitorio siempre la podrían operar y colocarle un injerto procedente de su antebrazo que bien enrollado y debidamente empotrado y acordonado a modo de morcón podía colgarle para la plena satisfacción de su confusa mente y realización personal frente al espejo.
Manolo, únicamente compartía lugar de residencia con Midori Green, que en la planta superior se refugiaba en su lecho elucubrando sobre su nuevo proyecto editorial.

17 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Imagino el revuelo morboso que rodearía al curioso personaje Manuel o Manuela....Al final, alguno le va a agarrar cariño y ya verá cómo no depara en una nimiedad de un palmo.
Un saludo, Maestro.

Makiavelo dijo...

Aunque no desfiló por Miraflores, hace unos años, en la caja tonta a altas horas de la noche si lo hizo un personaje bastante singular que presumía de que hasta los ministros se lo disputaban.

Y todo por amoorrrrrrrr.

Allá cada loco con su tema, o el caso de aquel Lord inglés enamorado de una orient@l y que inspiró a Cronenberg para su film M. Butterfly (1993).

La historia está llena de paradojas.

Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Me viene a la mente la escena final de "Con faldas y a lo loco"

Makiavelo dijo...

Carlos, la verdad es que fue un buen final, para que veas lo que puede hacer el amor.

Por esa razón quizás digan que el amor es ciego.

SDVB dijo...

Si el amor es ciego, entonces hay que hacerse ver... partiendo por una visita al oftalmólogo, quizás. Saludos

Makiavelo dijo...

Sdvb, gracias por la visita.

Recientemente he leido que para la investigadora Mara Dierssen "el amor es algo tan simple como una adicción química entre dos personas". Mientras tanto nosotros complicándonos la vida.

De todas formas estoy en manos del oftalmólogo, cada vez veo peor.

Saludos.

atikus dijo...

Vaya!!..ahora caigo, en mi casa regalaban bombones a granel de una empresa...no diré el nombre (que me paguen!!)...así he salido, nunca mejor dicho,...que tranquilo me he quedado, ya se a quien culpar de mis vicios!!!!!

Isabel chiara dijo...

Es que el mundo está lleno de Manolos y Manolitas. Yo tengo muy claro qué tenía el mío entre las piernas. No sé el tuyo, si lo llegaste a ver. Cuéntanos.

Sigo pensando que aquí hay gato mojado.

Besos

(voy a tener que mandarte una cajita de vino, o de té)

Juan Pablo dijo...

Ustedes dos terminan a los besos.
Yo sé lo que te digo
:P


Muy bueno Maki, congrats.

Isabel chiara dijo...

Juan Pablo, que nuestros respectivos se van a encelar, no diga eso...

Juan Pablo dijo...

Ok Isa, no digo nada. Pero Maki se quedó calladito eh!...

:P

Makiavelo dijo...

Atikus, gracias por el apoyo a la causa, yo sigo tomando chocolate por las noches.

Saludos.


Bueno Isabel, yo a Manolo nunca lo he tenido entre las piernas, y la verdad es que Manolita, la vecina, ya está muy mayor para hacer deporte con ella. El nombre de las otras no empieza por M.


Besos.


Juan Pablo ¿Aprecias tintes de culebrón... o de nubarrón?

Saludos.


Juan Pablo, ayer me acosté tempranito.

mera dijo...

Lo del injerto me paerece una crueldad, cada uno pude desconcertarse como quiera y eso si, conformandose con el asentamiento que Dios le dió. Que El te bendiga, blasfemo.

Gi dijo...

Yo, en mi humilde entender, no creo que nada enrollado, empotrado y acordonado pueda llevarse colgado con satisfacción, Maki!
Uds sigan escribiendo así, que acá nos retiramos todos...

Anónimo dijo...

Este centro es inagotable. ¿Dónde acabará todo ésto? :D
Genial, Maki.

Besos.

Anónimo dijo...
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Makiavelo dijo...

mera, volveré a confesarme este weekend, pensaba que estaba límpio de todo pecado.

Saludos.


Laluz, esta es la solución que dan los médico para aquell@s que aparentando ser mujer piensan como hombres. Todo muy original.

Besos.


Eva, son muchos los internos que aguardan turno para ver la luz del día y airear sus fobias.
Les pido tanto a Calamar como a ellos un poco de paciencia.

Besos.