Era alto, delgado, a todas luces bien parecido, había realizado estudios acumulando una lista interminable de cursos de postgrado y, aunque permanecía centrado en su ilusión, hacía algún tiempo que daba vueltas; pero no por ello se sentía mareado, al contrario, permanecía muy, muy centrado. Su prioridad era como la de tantos otros, sentarse y probar bocado. Ni Santa Inés, ni Santa Teresa, ni el Cristo de Lavapiés... Leer más
jueves, 13 de marzo de 2008
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12 comentarios:
Yo siempre lo digo: nuestra primera responsabilidad, es para conmigo mismo....
Me ha hecho re�r, maestro.
Carlos, lo que dices me recordó aquello de: cuando aprendas a quererte podrás querer a los demás.
Saludos.
Sab�s cuantos nos hemos quedado esperando ???? y cuantas veces ??? y no aprendemos, porque..siempre seguimos esperando...as� es, somos humanos creedores, a veces me gustar�a ser m�s descre�da.
Es m�s, me hubiera gustado reirme como Carlos, pero termin� sumida en una cruel desesperaci�n.
besos
Monica, podemos reirnos con las letras, pero el depositar la esperanza en alguien que promete y no cumple es bastante duro.
Aquí hay muchos esperanzados.
Saludos.
Creo que este cuento puede ir mejilla con mejilla con el tengo en mi blog Makiavelo, un saludo.
Literófilo, los protagonistas no son primos pero padecen de incertidumbre crónica y ansiedad. Males que aquejan por igual a los habitantes de cualquier continente.
Saludos.
Oye Makiavelo, y el tío se lo creyó todo, todito, todo? Mas le vale que se empeñe en lo de la lotería, es más fácil que te toque que el iluminado cumpla.
Fila india, no tendrá también ascendencia sioux?
Un beso
Isabel, parece que es paciente y nostágico, además tiene la despensa llena y quiere que lo saquen a hombros.
Saludos.
Creo que le saldrán canas esperando que ningún iluminado cumpla todas sus promesas...
El asunto es que el ser humano, parece que siempre tiene que apostar por algo o por alguien...
Algo que nunca falla:
"Amarse a uno mismo es una aventura
para toda la vida"
Salud!
Sibyla, las canas empezaron a aflorarle, a pesar de ello mientras le queden comestibles en la despensa aguantará.
Difícil tarea la de amarse a uno mismo en estos tiempos.
Saludos.
Es muy buena tu alegoría sobre el que espera que sus ilusiones (dependientes de promesas hechas por otros) se cumplan.
Esto sería como un Esperando a Godot makiavélico.
Me hiciste reír, John. Buenísimo:)
Have a nice day!
Raquel, me alegra saber de ti.
Has sido muy aguda con lo de Godot y me has traido recuerdos de mi teatral infancia.
A partir de hoy empiezan tres días de recogimiento festivo.
Que tú también tengas a nice day!
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